Lenguaje machista.

 Siendo un zorro un hombre astuto, una zorra es una prostituta. Y, por supuesto, nada tiene que ver un respetable hombre público con una mujer pública, una prostituta. Es que, además, un fulano es alguien sin identificar, mientras que una fulana es una prostituta; un golfo es un pillo, un juerguista, en cambio una golfa es una prostituta; un cualquiera es un pobre don nadie, mientras que una cualquiera es una prostituta; y aquel que no tiene un destino determinado y está perdido nos produce cierta aflicción, mientras que una perdida es una prostituta. Y no teniendo lobo atisbo de menosprecio, una loba puede ser desde una femme fatale, devoradora de hombres, hasta –¡cómo no!– una prostituta… ¡Qué obsesiones continúan adheridas a nuestra cultura para que tantas palabras de uso común, en femenino, designen invariablemente a una prostituta! Y para rematar, cuando se quiere acentuar que algo no solo es malo, sino pésimo, pues ya se sabe: esto es una puta mierda o esto está de puta pena”.

La vida continúa.

 De la vida no quiero mucho,

A penas saber que viví siendo yo misma... 

Con la tranquilidad de no aparentar algo que no soy.. 

Que con lo que me tocó, siempre hice lo mejor que pude...

Que nunca sabré cuanto me quisieron, pero yo sí sé todo lo que quise...

Que nunca perdí nada, porque nada fue mío... 

Que supe valorar lo que merecía la pena... 

Que luché por mis ideales... 

Que nunca dejé de ir tras mis sueños... 

Que no perdí mi tiempo en odiar a nadie, a pesar de tener motivos... 

Que intenté hacer la vida más fácil a los que me rodeaban... 

Y que todo lo bueno y lo malo han forjado la persona que soy hoy.

De la vida no pido mucho... 

Tan solo seguir en paz mi camino ..

Tan solo sentir que estoy paz conmigo.. 

Solo eso.

BUENA LUNA🌼

 El príncipe azul no existe, mi querida Cenicienta. Pero hay hombres, esos que tienen bien plantados los pies sobre la tierra, que no te dejarían sola en la tormenta ni siquiera para ir a buscar el paraguas. Los silenciosos, que saben el valor de las palabras, los que saben sorprenderte. Los hombres que saben esperar, detener el tiempo o sencillamente encontrarlo para estar contigo. Los suficientemente inteligentes para saber elegir y te eligen a ti, sin medias tintas. Porque ahora sin caballos y sin castillos, sin arcos y sin madrastras; lo que realmente importa es esto: alguien que luche, no para ti, sino contigo.

                              

Letanía de mis defectos.

 Soy vanidosa, déspota, blasfema;

soberbia, altiva, ingrata, desdeñosa;
pero conservo aún la tez de rosa.
La lumbre del infierno a mi me quema.

Es de cristal cortado mi sistema.
Soy ególatra, fría, tumultuosa.
Me quiebro como frágil mariposa.
Yo misma he construido mi anatema.

Soy perversa, malvada, vengativa.
Es prestada mi sangre y fugitiva.
Mis pensamientos son muy taciturnos.

Mis sueños de pecado son nocturnos.
Soy histérica, loca, desquiciada;
pero a la eternidad ya sentenciada.