2013/01/23

ACeRcA De REbeCA Un PoCo COmo soy RIANSE..

A VeCeS ViViR Me Da VéRTiGo...

Suelo decir que este es lo más sociable que he logrado hacer en mi vida. Aquí me comunico, aquí escribo y aquí me quejo. Como dijo William S. Gilbert: Odio a mis congéneres. Supongo que no es más que una cuestión de misantropía. No me gusta hablar, eso seguro, y menos si es por teléfono. Prefiero no hablar de mi y sobre todo no hablar de mi vida (excepto con un par de personas con las que sí me gusta hacerlo porque me relaja). Pero ya que "toca" explicar un poco cómo soy para que sea comprensible cómo escribo, lo haré en las siguientes líneas (a mi modo, lo advierto). Soy más bien discreta aunque a veces pierdo el norte cuando escribo desde el corazón o el tema sobre el que escribo son las personas a las que quiero. Si me doy cuenta rectifico pero podría decirse que soy una bocazas, no lo voy a negar. Así que allá va:

Soy absurda, soy sensata, soy cobarde, soy valiente, soy miedosa, soy visceral, soy optimista, soy pesimista y sobre todo soy agnóstica. Como dijo Benedetti Yo no sé si Dios existe, pero si existe, sé que no va a molestar .

Tengo muy poco equilibrio (no hablo de ser equilibrada mentalmente ya que en ese sentido no tengo equilibrio en absoluto). Me refiero a que soy torpe, en vez de manos tengo pies, de modo que siempre me estoy lastimando a mi misma. Pienso demasiado, a veces en exceso, así que intento dejar de pensar haciendo deporte, escribiendo, leyendo... Además lloro siempre que puedo porque descubrí, tras una buena temporada sin derramar lágrimas, que es bastante relajante.
Mis derechos los exijo, mis obligaciones las cumplo, y cuando no conquisto mis derechos o no logro abarcar mis obligaciones trato de olvidar que existo mirando estrellas. No soy casi de nada o no soy de casi todo. No soy simpática, no soy coherente y no me gusta la gente. Digamos que soy social porque me resulta fácil relacionarme, pero indudablemente soy insociable, porque detesto hacerlo. No es nada personal... Si lo que lees te hace creer otra cosa es, posiblemente, porque también estás algo loc@.
Sencillamente soy una tarada.

Me apasionan los debates enardecidos sobre temas relevantes y las conversaciones relajadas sobre cosas absurdas. Me gusta escribir (mi salud mental depende de ello) aunque, a juzgar por los comentarios que me dejan en face no lo hago nada mal no cres?. También me gusta leer: textos que alguien me haya recomendado encarecidamente y otros, sobre los cuales recaiga casualmente mi interés. No importa el tema del que hablen. Lo cierto es que es fácil picarme en este sentido. Devoro libros de temas variados pero me gusta especialmente la literatura contemporánea cínica y sarcástica, de lenguaje rápido y poco descriptivo a ser posible. Me aburren solemnemente las descripciones detalladas. Tal vez porque no me dejan imaginar.

Me gusta observar (y fotografiar) telarañas aunque tengo cierta fobia a los insectos, me desmorono con un baño caliente aunque opto habitualmente por las duchas, son más ecológicas. Me resucita dormir hasta que me duelen los huesos. Necesito un beso en una noche de tormenta y perder la noción del tiempo observando un acuario o el fuego de la chimenea. Necesito un abrazo cuando tengo un mal día y soledad cuando recibo malas noticias... Y cuando no recibo noticias de ningún tipo también.
Soy solitaria, necesito estar sola, necesito silencio. 

Pero al final, lo que verdaderamente importa, lo que más me gusta del mundo, son mis pequeños ratones. Así es como me suelo referir a mis amigos mas queridos son roedores adorablemente perfectos.y a mi estrellita mi orkito Gracias a ellos sé qué es el verdadero amor, ese por el que una estaría dispuesta a dejar de respirar, a morir (y a matar) y que de momento me permite seguir avanzando.

También tengo aspiraciones, claro. Aunque la vida comienza a ponerle límites a mis proyectos de futuro sigo pensando en qué quiero ser cuando sea mayor. Tal vez mejor persona: ecuánime, solidaria, racional, interesante y menos ignorante... 

No estoy muy segura de querer corregir ese punto cínico que tengo ni de desear no ser tan sarcástica. Al fin y al cabo todo eso no es "cómo soy", en realidad es "lo que soy". 

Me confieso adicta de muchas cosas además de a la literatura (a leer y escribir, casi por igual). Soy cafeinómana así que, al contrario de lo que le sucede a los demás, a mi el café me relaja, me ayuda a dormir y me da serenidad. Lo necesito a grandes dosis. Soy fumadora pese a las docenas de intentos por dejarlo. No sé si volverlo a intentar ya que se me antoja imposible a estas alturas que llegue el día en que lo consiga. 

No sé morderme la lengua así que, puestos a escribir quejas: no soporto a la gente que no envejece con dignidad y no aguanto la hipocresía. Odio el teléfono, odio la gente aburrida que no tiene nada que contar, la mediocridad me aburre tanto como la gente que siempre cuenta las mismas cosas; odio que me mientan sin justificación, que me traicionen, que me amenacen... Necesito conversaciones interesantes sobre temas interesantes, retos y diversidad. Me parece que las diferencias son lo que nos vuelve interesantes. Alguien diferente siempre tiene algo nuevo que aportar aunque sé que el mundo es de los mediocres.

Después de todo... Pienso llegar a la tumba sonriendo, tambaleándome, con una tableta de chocolate en una mano y una botella de buen vino en la otra, hecha polvo y pensando "!!Uauuuuuuuu, menudo viaje!!"
!Ah! Me encantan las cartas escritas sobre papel. gracias si me as leido eso es que te intereso jeje!

Mil besos

Te puede pasar…
Creerás en una persona,
creerás que es tal cual la estás imaginando,
pero ella tiene su propia forma de ser,
y aunque tenga toda la mejor intención del mundo,
se mostrará tarde o temprano, tal cual es.
No porque se estuviera ocultando,
sino porque el transcurrir de la vida la irá mostrando.
Porque aunque fuera una persona buena,
es como es, y no como tú quisieras que fuera.
Lo mismo pasa contigo, y esperas con todo tu corazón
que te vean tal cual eres, y quizás, defraudes, sin querer.
Porque la otra persona se hizo otra imagen de ti,
o porque mostrarte tal cual eres, no cabe en su ilusión.
¿Qué harás entonces si creíste en alguien?
¿Qué harás si sientes que has dado rosas
y te pueden devolver espinas?
¿Qué harás si sientes que has sido honesto
y que la otra persona no supo ver tu honestidad?
A cada momento en este peregrinar,
te encontrarás con personas que parecieran comulgar
con tus mismos intereses del corazón,
con las cuales te entusiasmará estar en contacto,
a las cuales llegarás a apreciar y desearás amar.
Pero puede pasar que ellas te desilusionen,
que tú sientas como si la relación ha fracasado,
como si no fuera posible creer,
como si la decadencia general en la interacción
fuera pan de todos los días.
Puedes sentir que en un mundo
en que todo parece moverse en un círculo de farsa,
no es posible ser sincero, ser honesto.
¿Qué harás cuando te sientes desheredado
del sentimiento fraternal o amoroso que has intentado ofrecer?
Respirar hondo, apretujar el corazón,
enjugar la lágrima que pugna por saltar, y agradecer a Dios,
al Cosmos, porque has tenido una oportunidad más para creer,
una oportunidad más para amar.
Aceptar es la mágica palabra.
Y seguir creyendo, seguir amando.
Y seguir esperanzado en que las relaciones interpersonales
se harán más blandas, más sinceras, más honestas.
Y si otra relación así se presentara, poner el alma,
poner el cuerpo, y seguir dando.



¡Hey, hey, sonríe!..

¡Hey, hey, sonríe!
más no te escondas detrás de esa sonrisa...
Muestra aquello que eres, sin miedo.
Existen personas que sueñan con tu sonrisa, así como yo.
¡Vive! ¡Intenta!
La vida no pasa de una tentativa.

¡Ama!
Ama por encima de todo, ama a todo y a todos.
No cierres los ojos a la suciedad del mundo,
no ignores el hambre!
Olvida la bomba, pero antes haz algo para combatirla,
aunque no te sientas capaz.

¡Busca!
Busca lo que hay de bueno en todo y todos.
No hagas de los defectos una distancia,
y si, una aproximación.

¡Acepta!
La vida, las personas, haz de ellas tu razón de vivir.

¡Entiende!
Entiende a las personas que piensan diferente a ti, no las repruebes.

¡Eh! Mira...
Mira a tu espalda, cuantos amigos...
¿Ya hiciste a alguien feliz hoy?
¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?

¡Eh! No corras...
¿Para que tanta prisa?
Corre apenas dentro tuyo.

¡Sueña!
Pero no perjudiques a nadie y
no transformes tu sueño en fuga.

¡Cree! ¡Espera!
Siempre habrá una salida,
siempre brillará una estrella.

¡Llora! ¡Lucha!
Haz aquello que te gusta,
siente lo que hay dentro de ti.

Oye...
Escucha lo que las otras personas
tienen que decir, es importante.

Sube...
Haz de los obstáculos escalones
para aquello que quieres alcanzar.
Mas no te olvides de aquellos
que no consiguieron subir
en la escalera de la vida.

¡Descubre!
Descubre aquello que es bueno dentro tuyo.
Procura por encima de todo ser gente,
yo también voy a intentar.

¡Hey! Tú... ahora ve en paz.
Yo preciso decirte que... TE ADORO,
simplemente porque existes.

2013/01/22


REFLEXIONES DE LA VIDA... 

Hoy me puse a pensar la importancia que no le damos a la vida, cuando ésta sin querer nos quita cosas, pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella no seríamos quienes somos...Todos estamos llenos de momentos felices y nos sentimos morir cuando algo se termina...
La felicidad llega en cualquier momento, todo en el mundo se termina, hasta lo más hermoso, hasta lo más molesto y doloroso...
Acá nosotros pensamos que estar solo es el fin de la vida y no nos damos cuenta que a veces la soledad nos ayuda a encontrar respuestas que no estaban...
El amor tiene un millón de vueltas, a veces nos sorprende y nos da felicidad y a veces se transforma en lo peor que hay...
Pensamos todo esto, crecí un poquito mas, aprendí a sonreír y a ver la realidad tal cual como es, pero por sobre todo pude darme cuenta que no sirve el ORGULLO cuando existe AMISTAD, y que no sirve LLORAR cuando un AMOR se va, que no vale la pena aprender a CALLAR y que no existen FRONTERAS cuando nos sentimos VIVOS!!!...
YO...

Siempre me pregunté por qué la gente no puede mostrarse tal y como es. No comprendía cómo una persona puede llegar a pensar y actuar de una manera distinta. Todo esto un día tuvo su respuesta: yo.
No pude admitir que yo fuera así; no podía consentir que mis pensamientos fuesen contrarios a mi forma de actuar, de opinar, en fin, de hablar. ¿Cómo podía hablar con alguien y estar pensando de ella algo que nunca sería acorde con mis palabras?
Poco a poco fui dándome cuenta que yo era una persona muy distinta a la que todos creían conocer. Era muy extraño, incómodo. Para mí significó mucho más que un cambio, más que un proceso. Fue algo distinto, que a la vez que me maravillaba, me asustaba. ¿Por qué durante tanto tiempo no me había dado cuenta de esto? Puede que yo no quisiera verlo o que no estuviese preparada para hacerlo, pero la cuestión era que ahora sí me daba cuenta de lo que pasaba.
Mi reacción no fue la mejor que pude haber tenido. Me encerré en mí misma, huía de todo lo que pudiese mostrar mi cambio. De mis amigos, familia, conocidos, compañeros...de todo, no quería saber nada, ni de nadie. Quería aislarme, centrarme en mí y hacer que volviera a surgir la persona que siempre había sido. Pero el problema era que esa persona con la que yo siempre me había identificado no era yo, era otra persona, otro mundo, otra actitud. ¿Qué hacer entonces? ¿Sentirme indiferente y dejar que todo en mí cambie sin yo ni siquiera oponerme a ello? No. Tenía que buscar la causa de este cambio. Saber porqué había sucedido y si tenía solución. Seguramente no; y no porque yo no quisiera que la tuviera, sino porque la persona que ahora era, era realmente yo. Entonces, ¿cómo luchar contra mí misma? ¿Cómo buscar soluciones a algo que seguramente no tenía marcha atrás?
Al principio era fácil decir que yo no era la que estaba cambiando, sino los demás; pero cuando vi que todo el mundo se alejaba de mí, comprendí que esto no era así.
Mis cambios de actitud, de humor, mi personalidad, en una palabra, yo. Todo, todo se había dado la vuelta y había tomado otro aspecto, otra forma, otro color y así también lo hizo mi vida.
Sólo tenía dos posibles soluciones: aceptar mi cambio o volver a ser la que no era. Era una difícil elección. La primera conllevaba volverme a conocer, a temerme, a maravillarme; pero también a que las personas volvieran a confiar en esa persona a la que hace meses llamaban amiga y ahora se volvía una desconocida.
La segunda era fácil, pero a la vez difícil. Sólo tenía que comportarme como lo había hecho siempre, a la vez que afrontaba interiormente mi lucha con mi "yo".
Estas dos soluciones no eran las mejores, pero sí las únicas. También podía optar por ignorarlo todo y seguir adelante, pero eso ya no era posible. Yo conocía ya ese cambio, no podía actuar de la misma forma y además ya me lo había preguntado muchas veces, siendo por lo tanto imposible ignorarlo.
Pedí consejo a muchas personas, y ninguna afirmaba haber pasado nunca por esto, aunque después me enteré de que esto era falso. Muchas otras me decían que siguiera adelante, otras que no comprendían y otras que eran paranoias mías. Fuera lo que fuera, era algo que me desesperaba y que no podía pasar por alto así como así.
Buscaba en mi interior algo que me dijera que esto era pasajero, que volvería a ser la persona que tanto anhelaba ser...
Con todo esto, solo llego a pensar que creo en mi. Que soy como soy y me acepto, diferente, que uso parte de mi tiempo para reflexionar y quizá esto hace la diferencia con los demas, pero los demas estan demás, que soy yo y voy por mi, que no tengo por que ser como lo demas quieren que seas ni actuar de la forma habitual... soy yo, siento que en ocasiones sentimientos de rencor me alberguen sin sentido alguno en esos momentos busco algo que me haga sentir bien.
SIEMPRE SIENDO YO.
mis mas amadas opciones...

Tal vez no sea la opción más delgada, ni más alta, ni más baja, de todo el gallinero. Claro que todo depende de según como se mira, como decían los de Jarabe de Palo. De todas formas, no me busques por el gallinero, posiblemente si me encuentras ahí será porque esté buscando la salida.

Puede que no sea la primera opción, raro sería. También puede que no te decidas a elegir, o que contemples otras posibilidades antes que la mía. Tampoco tú serías mi primera opción.

Sólo aclarar que nadie me elige. Pero de todas formas, no soy una mala opción.