2020/04/06

LA LUCHA CONTRA UNA PANDEMIA ...

En este momento de nuestra vida donde se nos priva de la libertad y nos regalan un montón de tiempo pareciera que nada tuviese sentido y que sin importar lo mucho que intentemos hacer bien las cosas, todo nos sale mal, fatal. Nada es como queremos. Nada sale según lo planeado.
Las cosas suceden así por algo. Y si la vida te castiga y te vuelve a juzgar y a ser condenado, te jodes. Es lo que hay. Tu única sentencia es volver a resurgir. Volverte a levantar.
Es el resumen positivo que podemos sacar a la bendita mala suerte de cavar nuestra propia tumba para después suicidarnos y caer.
Quien te llevó ahí se encargará de enterrarte, no te preocupes. Seguro que para ese juicio final no te sentirás solo. No tendrás el agobio de sus palabras más certeras.
Lo podemos tener todo en contra. Los planetas..la energía..las estrellas..la vida.. e incluso a las personas que más debieran apoyarnos en momentos complicados, pero nunca podemos dejar de luchar, de soñar.
Cada cual elige su camino, es dueño de sus sentimientos y se entierra consigo mismo con las consecuencias de sus actuaciones, con fuerte dolor. Con mucho arrepentimiento.
Pero Por favor, sigue teniendo sueños y esperanzas.
Sigue creyendo en que todo lo que quieras lograr en la vida lo puedes conseguir, aunque el color blanco del cabello se asome y las arrugas comiencen a florecer. Ahora más que nunca hay tiempo para todo.
Las cicatrices y las frustraciones son meros síntomas de haber vibrado con cada batalla, de haberte entregado el cien por cien. De expirar hasta tu último aliento por luchar por que te ayuden a dibujar un corazón que nunca existió.
De reventar y hervir a fuego vivo nuestra propia sangre y empapar el mundo del sudor de vivir al límite. De haber sacrificado tus esfuerzos, tu vida y tu suerte mientras que la vida te vuelve a dar la bofetada para que espabiles y te des cuenta que lo único que tienes que hacer es centrarte en ti. En ti mismo. Ese es el puto centro de la diana.
Nunca permitas que nadie te quite el derecho de conseguir tus metas, tus sueños. Que nadie te paralice ni te diga que hay barreras que pueden atragantarse ni palabras que puedan aferrarse al esófago como las garras de una pantera.
Porque ese derecho es el puto motor que nos hace seguir adelante. Día tras día.
Ojalá.
En fin, Nunca permitas que alguien se sienta con el derecho de anularte de tal manera que te ahogues entre tus mismos sentimientos, eso no lo debes consentir. Nunca. Ni si quiera te despidas, date la vuelta y vete, márchate. No merece la pena.
Seguro que habrá millones de corazones sueltos con el único fin de abrir sus ojos y valorar tus emociones. De sonreírte y de darte los buenos días.
Y que se enamore de tus pequeños detalles. Esto que aún para una ilusa como yo, siguen siendo el epicentro más potente de las relaciones humanas.
Recuerda que la vida es demasiado bonita para tener que vivirla encerrados en cuatro paredes de incomprensión. La humanidad no nos hace humanos. Ofrecer un techo no es amar.
Así que nunca te abandones, mientras creas que puedes creer en ti mismo.
Inténtalo una y otra vez, que nadie te detenga. Que por allá donde pises, nunca vuelva a crecer la hierba.
Cierra tus manos y agarra todos esos sueños y no lo sueltes, ponlos en tu pecho como si fuese una joya valiosa, y guárdalos en tú corazón. “Si quieres que algo salga bien, no se lo cuentes a nadie.”
Porque ese es tu territorio, tu verdadero hogar. Que te entre bien en la cabeza. Esa si es tu guerra. Líbrala al compás del martillo de tus emociones y desafíalos secando tus heridas al sol.
Por que por muy estúpidos que sean, siguen siendo valiosos. Son tuyos.
No esperes que las cosas que deseas caigan del cielo, no. Nada caerá de un ser divino ni seremos hijos pródigos de una buena acción. No esperes nada de nadie y persigue aquello que añoras y que deseas con todas tus energías.
Nunca sientas que has perdido porque algo no salió bien una vez, otra vez y otra vez. O mil veces.
Que si tienes treinta y tienes que volver y empezar de cero pues se hace. Se empieza, y con la fortaleza de la experiencia y tu cuaderno repleto de valentía y sabiduría. Quizás sea ese tu destino. Quizás el karma de la situaciones te haya puesto esa barrera y ese muro. Quizás las vistas al otro lado, por fin sean de una vez maravillosas.
Ojalá.
Siempre hay que volver a intentarlo, que la perseverancia es lo más importante del ser humano.
Puedes ser muy inteligente pero si no tienes constancia para hacer las cosas, nunca lo vas a lograr.
Comienza cada día como si fuese el primero del resto de tu vida, siempre con esperanza, alegría y mucho amor para repartir.
Haz los días tuyos y mira al sol que forja rayos de luces de colores, que lo opaco de la tristeza no le gane a la belleza que tienes frente a tus ojos. Que para el amor es negro o blanco, todo o nada y que todo lo demás si que se puede definir en una pequeña tonalidad de grises.
Quizás todo esto hoy me quite el sueño. Quizás todo esto me esté amargando la vida y esta reventando mi presente. Pero Ya no me importa el dolor.
Eso si, jamás perderé las ganas de seguir soñando.
Ahora cuando sepas de mi, calla y sonríe.

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