2017/11/21

ERASE UNA VEZ..

"Erase una vez un Peter Pan que quería hacerse mayor, un pirata que le temía al agua, un dragón que odiaba el fuego, un Popeye alérgico a las espinacas, una bella durmiente con insomnio, un hada mala y una bruja buena.
Erase una vez un mundo donde todo era posible, donde arriba era abajo y abajo era arriba, donde lo malo era bueno y lo bueno... no tan bueno.
Porque detrás de cada persona se esconde otra, quizá más falsa, quizás más triste, quizás más orgullosa, quizás más feliz, quizás más sola, quizá mejor, quizá peor, quizá la tuya...."

Recuerda, no somos lo que creemos ser.

Somos las únicas criaturas en la superficie de la Tierra capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pensamos y lo que sentimos.
Tus células están constantemente observando tus pensamientos y siendo modificados por ellos.
Un ataque de depresión arrasa tu sistema inmunológico. Sin embargo serenarte, fortifica tremendamente.
La alegría y la actividad armoniosa te mantienen saludable y prolongan tu vida.
El recuerdo de una situación negativa o triste libera en ti las mismas hormonas y sustancias biológicas destructivas que el estrés.
Tus células están constantemente procesando todas tus experiencias y metabolizándolas de acuerdo con tus puntos de vista.
En tu cuerpo, la producción de neurotransmisores se altera, el nivel de hormonas varía, tu ciclo del sueño es interrumpido, la superficie externa de tus células se tornan más viscosas y más propensas a formar grumos y hasta tus lágrimas contienen trazas químicas diferentes al de las lágrimas de alegría.
Todo este perfil bioquímico será drásticamente modificado cuando te sientas tranquilo, y hasta tu proceso de envejecimiento se neutralizará cada día.
Shakespeare no estaba siendo metafórico cuando a través de su personaje Próspero, dijo: “Nosotros estamos hechos de la misma materia que los sueños”.
¿Quieres saber cómo está tu cuerpo hoy? Entonces recuerda lo que pensaste y sentiste ayer.
¿Quieres saber cómo estará tu cuerpo mañana? ¡Observa tus pensamientos y emociones hoy!
Al abrir tu corazón y tu mente evitarás que algún cirujano lo haga por ti.
La medicina esta en ti y tú no la usas. La enfermedad viene de ti mismo y no te das cuenta.
Recuerda, no somos lo que creemos ser, sino lo que pensamos y sentimos sin saberlo.
Despierta!!!

2017/11/20

Jugamos a ignorarnos, hasta que la vida nos puso de frente

IGNORAR, del verbo "hasta que la vida nos pone de frente." 

Sirva el mensaje para cualquier tipo de relación humana. 

La vida, esa que  dicen que da tantas vueltas.
Esa que te marea cuando pierdes el norte.
La misma que te permite poner cada cosa en su sitio.

Esa vida que dicen que con el tiempo todo se cura. 
No, no ni hablar. 
El tiempo no cura nada.
Somos nosotros los que decidimos curarnos.
Los que decidimos colocar cada cosa en su sitio, en su lugar, en su espacio... 

Es ubicuidad de la trascendencia que damos a cada cosa, a cada persona. 
La vida, esa que nos enseña a priorizar, a reconstruir una vez tras otra la escala de valores.
Nuestros valores en función de nuestras emociones y nuestro aprendizaje.

Tu vida. Ese tiempo en el que vives porque te desvives. 
Ese espacio transitorio de un tiempo caduco.
Esa suma de momentos intangibles que abrazas cuando todos piensan en la suma de lo tangible.

Vivir detrás de la ignorancia... ¡¡qué ilusos!!
Y así, pues no, no ni hablar. 
Así no, y punto.


VIVIR con todas las consecuencias de convertirnos en coleccionistas de historias... nuestras historias. 

Y jugamos a ignorarnos... hasta que la vida nos puso de frente

NOTA MENTAL: TÚ.

Entendí que la vida no es la que da muchas vueltas como nos hicieron creer. 

Que somos nosotros los que las damos al son de las decisiones que tomamos ante cada circunstancia de la vida. 
Nuestra propia vida. 
Sí, la nuestra, que para algo es nuestra.
Y claro, así, sí.
Sí siempre. 
Sí a todo y con todo.
Sí, y punto.

Que crecer bajo la (o)presión de la sociedad a veces es agotador. Pero que nadie tiene derecho a marchitar nuestros sueños. 

Pobre tú si dejas de soñar porque intentaron intoxicar tu ilusión. 

Hablamos del respeto que no recibimos, pero no nos planteamos si nuestro respeto va más allá de las circunstancias propias o si acarician las ajenas. 

Nos llenamos la boca de tolerancia y dejamos detrás el rastro del respeto perdido hacia los demás, y hacia ti mismo. 
Y claro, así, no.
Pues no.
No, ni hablar.
No nunca.
No y punto.

Y la pregunta sigue bailando al son discordante de la obra de teatro que tengo ante mi llamada vida, ¿cómo se puede respetar a alguien si antes no nos respetamos a nosotros?

Los demás van a respetarte cuando comprendas que el primer respeto es el que te debes a ti mismo. 


NOTA MENTAL: TÚ. 
Es decir, tú mismo. 
Y no es egoísmo. 
Es amor propio. 
Es respeto por lo que eres, por quién eres. 
Y ya.

2017/11/19

QUERIDO TU?

Querido Tú...
Querido mío. Querido, querido. Querido ¿qué? Querido Juan. Querido Fran. Querido, algo. No sé cómo empezar esta carta. Querido amor. Amor mío. Cariño. Qué horror. Detesto a la gente que dice cariño. Y tesoro ya no digamos. Querido tú. ¿Tú, quién? ¿Hola? Nada. Nadie.
No sé cómo empezar esta carta porque no sé a quién podría escribírsela. No tengo un amor. Ni siquiera del superficial. Del que no es amor y sólo sexo. Ése del que se habla a veces y que dicen que no sirve para nada. No. No lo tengo. Aunque digo yo que para algo sí sirve. Estoy segura. Para enredar y marear, sí sirve. Por lo menos. Y para empezar, también sirve.
A mí, si soy sincera, me serviría hasta el amor más inservible. Así por probar. Y para escribirle cartas de amor. Digo yo. No se puede morir una sin haber escrito nunca una carta de amor. O sea que empiezo, por si aparece de repente. Así no me pilla desprevenida.
Querido (así a secas y elimino el problema del principio, puesto que vale para quién tenga a bien aparecer), anoche me volviste loca con tus besos. Tu luna y mis gatos nos sonreían. Parecían saberlo todo.
No.
Otra.
Querido…¡Miguel! Eso, Miguel. Esta mañana te he visto en el pasillo de la facultad de Letras. Y no me he atrevido a saludarte. Quizá no te acuerdes de mí. Éramos compañeros de clase hace veinte años. He vuelto a empezar la carrera y creo que me tocas como profesor, así que he pensado que podríamos retomar ese beso que se quedó a medias. ¿Te acuerdas? Yo estoy soltera y vivo con unos cuantos gatos…
Uff.
Querido Nicasio: te quiero. Estoy aquí. No voy a decir una palabra más.
¿Y si lo dijera en verso?
Querido Nicasio, me gustas más que el potasio.
Perdón, perdón, perdón. Me callo.
La última: amor mío, amor de mi vida. No sé ni cómo te llamas pero no importa. Soy yo. Soy ella. Y estoy aquí, con mis gatos y mi música y mi ventana. Mientras te espero, me he vuelto a apuntar a la universidad. Por si tardas. Más tarde me dormiré, bajo tu luna. Te dejaré las llaves en la azalea de la derecha. Por si no llegas. Y en la cama alargaré el brazo para buscarte.
Como anoche no apareciste, esta mañana he salido abrazada a un libro. Por si no me encuentras. Por si no llegas. Por si te pierdes. Por si te olvidas. Estoy aquí. Por si acaso. En la parada del autobús. Un sitio muy romántico, creo.
Y de repente, te veo.-Hola. ¿Qué autobús? El dos, que va directo. Sí, claro, quito el libro. Te abrazo a ti. Mucho mejor. ¿Cómo? ¿Gatos? ¿Cuántos? Me gustan los gatos. ¿Lunas? Muchas también. Todas las noches. ¿Mario? Bonito nombre.
¿Yo?
Amara. Encantada.
(Asi de espontanea soy me gusta escribir.)

CREO.

“Creo que las cosas imposibles se pueden conseguir, que los besos con los ojos cerrados son los únicos que cuentan, que las heridas no siempre cierran, y que todo el mundo se enamora alguna vez. 
Creo que quien te quiere se queda, que tiene más cuenta buscar a alguien que limitarse a esperarle, y que si no luchas por esa persona luego no puedes ir llorando por los rincones. 
Creo que nos empeñamos en hacer las cosas más difíciles de lo que son. 
Creo que un mundo mejor es posible, y sobre todo creo en las personas que luchan para conseguirlo.
Creo que después de llorar siempre hay quién te saca una sonrisa.
Creo que hay que disfrutar del ahora.
Creo en el destino, y creo que nosotros mismos lo elegimos.”

2017/11/01

La muerte no se supera, se abraza

Es imposible que no nos afecte: Sabemos que algún día la muerte llegará, sea por el inefable paso de los años o por los desventurados accidentes y enfermedades que acontecen. Pero nunca estamos preparadas para vivir sin aquella persona dueña de nuestra alma, ello es como si te pidieran que empezaras a morir en vida, que visualizaras lo que desearías que nunca pasara. ¿Cómo frenar aquel oscuro vacío en el que caes cuando ves él lúgubre féretro? ¿Cómo calmar al espíritu cuando tras ese frio vidrio ves a la persona que tantas veces viste sonreír? ¿Cómo borrar las esperanzas de creer que fue una equivocación cuando ves a tu familia llorando sobre ese inerte ataúd? ¿Cómo no derrumbarse al tener que aceptar lo que tantas veces quisimos esquivar? No hay palabras ni consuelos que alcancen a darle luz a las oscuridades que te envuelven. ¿Por qué pensar qué todo va a pasar? ¿Qué la política de esta vida es dejar atrás incluso a quienes amamos y nos amaron tanto? Los comentarios de quienes escuchas se vuelven tan superfluos, tan monótonos y faltos de sentido: ¿qué no entienden que el dolor de la muerte de un ser querido no es un hecho fácil de asimilar? Y llega aquella palabra que quisieras que no existiera: La resignación: Pero ¿qué es la resignación? ¿Recordar que hay cosas que no tenemos en nuestras manos y que simplemente debemos vivir? ¿Acaso la resignación borra la tristeza?