A lo largo de mi vida soporté actitudes que me lastimaban, que atentaban contra mi autoestima; sólo por el hecho de sentirme acompañada, de sentirme “alguien” al lado de otra persona, o quizás de recibir algo de amor.
Hoy, después de haber pasado por varias relaciones (amores, amistades) que no cuidaban de mi de igual forma que lo hacía yo por ellas, y no reparaban en el daño que me hacían con algunas actitudes, descubrí que el amor más grande que puedo recibir en la vida está dentro de mí. Que YO SOY LA PERSONA QUE MÁS PUEDE AMARME, y que debo cuidarme, y defenderme porque valgo mucho más de lo que algunos piensan.
En este momento, avanzo con paso firme y convencida que, si yo me quiero y me hago respetar, llegarán las personas correctas a mi vida. Respiro paz, tranquilidad… de saber que no trato con nadie por compromiso o por el miedo de estar sola. Porque hoy encuentro en mí, una hermosa compañía. Aprendí a descubrirme, a conocerme y a consentirme.
No tengas miedo de decir “no”, “esto no me gusta”, “no me trates así”, “no te lo permito”. Las demás personas te tratarán y te respetarán en la medida en qué tú lo hagas, y si estás llena de amor en tu interior, el amor también desbordará hacia ti en tu entorno. Porque las personas felices atraen y quien no pueda disfrutar contigo de tus logros, simplemente se alejará (por inercia).
Permite que las personas adecuadas lleguen a tu vida, y despide con amor a quienes hoy ya no suman. Recuerda que la única constante en el mundo, es el cambio.
Pero lo que no cambiará nunca es tu propia capacidad de amarte y hacerte feliz.