2023/11/12

Una bruja como yo? Jajaja

 No, no es fácil que lleguen a amar a una bruja como yo. Pues mi libertad les asusta, la sinceridad los oprime, la valentía los atemoriza, el no tener miedo los paraliza, el sentir que doy el 100% de mí parte los deja en un 20%, porque ellos no quieren meter corazón.


No quieren escuchar la verdad en la cara y yo no soy de tacto, soy directa y al grano. Digo lo pienso, hago lo quiero, amo con la intensidad de mi caos, valiendo madres el qué dirán, y bueno, el genio de bruja que tengo no lo aguantaría cualquiera. 


Cuando quiero: soy una romántica empedernida, una caprichosa deseosa, una rebelde con causa, una sarcástica en todos los sentidos y la risa, esa risa de bruja que llevo, sale desde mis entrañas, desde lo más íntimo de mi ser y se expresa sin más y qué decir si quiero amar, la habitación se llena de cantos y gritos, de rock y jazz, de vals e instrumental.


En fin, soy un conjunto de rarezas difícil de encontrar y lo mejor de todo es que amo cada parte de mí, cada demonio y cada defecto de mi ser, amo la libertad sin ser libertinaje, porque a la hora de enamorarme soy leal y me entrego solo a él en cuerpo, alma y corazón.


Lamentablemente en esta época, Mujeres o Brujas cómo yo, estamos en vía de extinción o más bien, nos hemos vuelto tan selectivas que difícil ha de ser abrirle la puerta a un hombre y más complicado aún que cumpla los requisitos que tenemos en la razón. Porque a mí edad, las brujas como yo, no buscamos ratos de placer, queremos eternidad del ser, complemento a nuestro lado, porque ya somos completas tal y como somos, porque somos orgullosas de las heridas y de las batallas que hemos librado.


A mí edad, las brujas como yo, no comemos cuento, ni creemos en egos baratos, si no en los hechos claros que nos puedan demostrar que ese hombre merece el caos infernal, pero bonito, que llevamos entre pecho y espalda.


Es cierto, brujas como yo, somos muy difícil de amar, solo porque somos luz e intensidad. Y no es qué sea complicado, es que el hombre solo busca juegos de cama y cambiar de sábanas en cada jugada de azar y no, no me presto para perder, siempre tiro el dado a ganar y ganar para mí es una forma de perder, porque él que quiera jugársela conmigo me ganará y yo me perderé en él. 



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