AVISO DE DESCONEXIÓN TEMPORAL
pero con historia.
Fuimos a la playa… sí, a las 11 de la noche, como buenos irresponsables profesionales.
La luna nos alumbró, el agua nos acarició, el whisky nos calentó… y las manos hicieron excursión submarina sin guía turística ( hablo de motos)
Todo iba perfecto, como noche de película… hasta que el guionista dijo: ¿y si metemos una escena de acción?
Playa tarde + moto + botella de whisky + euforia = fórmula para el desastre.
Y así fue. Nos fuimos de culo (literalmente).
La mochila voló, la botella se hizo trizas, y los teléfonos… bueno, los cabrones nadaron, bebieron y se emborracharon más que nosotros. Ahora están en coma etílico digital.
Así que si no me ven escribiendo en estos días, no es abandono… es que estoy usando un teléfono prestado que escribe más lento que tortuga con artritis. Si tengo que seguir desde aquí, mejor le amarro las frases a una paloma mensajera.
Estoy dolorida, sin móvil, sin dignidad, pero con anécdota.
Nos vemos cuando me recomponga… o cuando el próximo teléfono no huela a whisky.