Nadie quiere querer, por miedo a perder. Como si lo que se perdiera fuera el amor y no, nosotros…
Pocos son los valientes que poseen el coraje de vivir un amor sin ataduras, sin miedos y entienden que nunca se pierde, que aún perdiendo siempre se gana… ¡Ahí radica el éxito de quien se atreve amar de verdad!
¡Lanzarse sin miedo a perder el equilibrio! Zambúllete en él, enamorarte de alguien que desee encontrarse contigo… ¡Un salto de fe!… Eso es el verdadero amor.
Porque amar, querer o enamorarse nunca fue obligatorio y siempre valdrá la pena.
Posdata: Me gustan las personas sencillas, porque poseen un peso, que no encaja con la sabiduría de su alma o de su corazón.
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