Me encanta el negro,
la seducción y el encaje
Amo verme en el espejo
y agradecer por mi cuerpo
No es perfecto,
pero está lleno de pedacitos de amor
que he hilado con el tiempo.
Los he cocido a mano
con cada lágrima que he derramado
Lo he reparado con hilos de oro
para brillar cuándo entro en mi oscuridad
Lo he mimado tanto
que ya conozco
cada punto cardinal de mi cuerpo.
Incluso, lo abandoné en un tiempo
pensando que el envase
era lo que hacía de mi alma
algo imperfecto.
Y no, me enternecí de el,
y lo volví a tomar
cómo lo más preciado que tengo.
Empecé a tratarlo con más amor
que antes y darle gustos
de esos refinados y eternos.
Entendí que todo lo que soy
es un conjunto de rarezas de colección.
Este caos que lleva mi piel
viene desde mi alma
y ella huele al jardín del amanecer.
Ella produce el polen
que yo misma me he de beber
y guarda con recelo un frasquito
para el que me vea con el alma
deleitarlo con toda mi miel.
Es más, está mordidita de mi boca,
son reflejos de mis pensamientos obscenos,
son consecuencias de una mente perversa
Y mi mirada pícara, triste, atrevida, coqueta,
insinuosa, deseosa y segura
son las personalidades que guarda mi cuerpo,
porque soy todas y una sola
y sí, estoy loca, pero una loca feliz
al aceptarme tal y cómo soy
Y mis gordos, por llamarlos así,
son kilos de pasión que están listos
para degustar amor.
En fin:
el encaje, la lencería,
mi piel, mi alma, mi mente,
mi corazón, mi tentación,
mi pelo loco, mis ojos verdes,
mis pecas, mi piel blanca,
mis pecados, mis defectos,
mi ser, mis letras, mis locuras,
mis travesuras, mis...mis...y mis...
Son parte del arte que veo en el espejo
al estar convirtiéndome en una pieza
exclusiva y de colección
Y cada vez que la veo
me enorgullece de lo bien
que me está quedando el amor.
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