2024/11/26

Deja que el corazón ruja..

 A veces, hay sentimientos que se sienten más intensos, pensamientos que invaden con su feroz voz, y situaciones que recuerdan que la frustración también forma parte de la naturaleza humana. El corazón, que normalmente habla en suaves melodías, puede parecer áspero o rudo en ciertos momentos. Pero no es el corazón el que cambia; es nuestra disposición para escuchar lo que se transforma. El corazón siempre habla con verdad, aunque a veces no somos amables con lo que intenta enseñarnos, ni atentos a la profundidad de sus mensajes.


No todo lo que suena bonito es sabio, y no todo lo que incomoda es erróneo. Por eso, es esencial escuchar al corazón, aunque su voz nos asuste o desafíe, aunque nuestra voz se quiebre al hablar y tenga miedo al decir lo que uno siente. En nuestro interior liberamos inmensas energías: amor y también emociones difíciles, ambas necesarias para nutrir raíces más profundas y construir un carácter más sólido. La transformación duele y puede avergonzar, pero es el precio de la autenticidad y el crecimiento.


Por eso, debemos mantenernos firmes, con los pies plantados en la tierra, con humildad y sin dureza. Solo así podemos conectar con el rugido interno.


Poco a poco he aprendido que no debo callar lo que descubro en el silencio, sino hablar con claridad y seguridad desde el corazón. Es en esos momentos de quietud donde emergen las verdades.


Las rosas, que reflejan belleza y suavidad, nacen de una tierra fértil pero firme, con raíces que enfrentan el suelo con decisión. Así, la naturaleza nos enseña que lo bello no surge de la fragilidad, sino de una fuerza interna que se nutre de lo suave y lo fuerte por igual.


Al igual que las estrellas y las raíces, nuestra voz interna crece y florece cuando aprendemos a aceptar tanto la luz como la oscuridad que nos habita a través del corazón 🖤

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