2021/09/28

UN LIBRO..

 Tanta tecnología ha hecho estragos en muchos oficios manuales, en muchas mentes pensantes y en muchas aficiones que se pierden generación tras generación.

Los libros. Ese olor a papel prensado, a borrones de tinta y encuadernación de hilo.

¿Quién me podrá devolver esa sensación única y placer imperecedero que da coger un libro en mis manos y pasar las hojas con los  dedos?. 

Que al entrar directamente por los ojos te dispare en la mente y alcance tu corazón, aunque solo algunos escogidos lleguen a rozarte el alma.

No quiero, me niego, aún estoy a tiempo. Podría utilizar la tecnología y llegar a esas almas que aunque no lo sepan quieran soñar. Yo sé que puedo llegar a ellas, regalarles vidas y sentimientos, hacerles reir y llorar a través de la pantalla. Que poco a poco recobren el hábito del placer que produce cuatro palabras desordenadas formando una historia y seguirla hasta el infinito, hasta que estén tan enganchados que no quieran perder cada sensación, cada sentimiento y atesorarlo como quien atesora un buen sueño.

Un libro, esa es mi meta, uno de esos que cuando lo veas en la estantería te saqué una sonrisa y recuerdos. Que si tienes que recomendarlo sea el primero que te viene a la cabeza. El que prestas a un buen amigo cuando en horas bajas necesite recuperar las ganas, o aquel que dejas en la mesita de un hospital para entretener las horas muertas de un familiar convaleciente.

Un libro, ese es mi sueño, lleno de vida, de gente, de profesiones y capacidades, lleno.

Mi mente corre rauda y veloz a coger papel y lápiz y empezar a darle forma.

Pero la muerte es muy perra, intenta estafarte y es mucho más fácil timar al ignorante. Así que manda callar a aquellos que tienen arte, aquellos que te invitan a querer soñar y vivir y volar y sentir. Quiere que sigas al rebaño arrastrando tus pies descalzos con la cabeza baja.

¿Que me calle? Verla ahí con su soberbia y prepotencia me da rabia. Ella sabe que tarde o temprano vendrá y no habrá más salida que seguirla pero hasta que llegue mi momento seguiré escribiendo, mirándote a los ojos a través de un cuento.

¿Que me calle? Suelto una carcajada mientras comienzo mi próximo librito de cama, ese que trata de un muchacho de pueblo que emigra a la ciudad. Se llama Noe. Tiene diecisiete años y tras enterarse que es adoptado decide buscar sus orígenes. No lo tendrá fácil, nadie quiere ayudarlo ni rescatar documentación antigua escondida bajo una montaña de polvo. Hasta que encuentra a Laura, una becaria a la que le apasionan los libros....

Un libro

¿Sabes que? Ya no nos acordamos que la muerte nos mandó callar, ahora solo queremos saber qué pasó con Noe y con Laura, porque la pasión por leer no puede quedar silenciada hasta que la muerte nos calle con un golpe certero de su guadaña.



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