Decisiones revolucionarias..

 Hay días de hormonas revolucionadas. 

Bien porque has dormido mal. Porque tu alma está removida. Porque te haces, de golpe, demasiadas preguntas. 

Y he aprendido que en esos días no se deben tomar decisiones. 

Al menos, no tomar decisiones permanentes basadas en respuestas emocionales temporales. 

Porque una no toma decisiones sintiéndose vulnerable, ni estando enfadada, ni cuando eres consciente de que tus hormonas hablan por ti. 

Qué importante es conocerse y saber que algunos días tu misma eres la que se juega malas pasadas. Y saberlo te da mucha ventaja para no meterte en muchos líos. 

Son momentos complicados con tanta gente cercana contagiada, con desconfianzas, presiones y con un miedo casi impuesto. 

Son momentos de no perder de vista el norte y de salir a respirar lejos de las personas, si crees que lo necesitas. 

El mar y la montaña tienen una tremenda capacidad de recargarte de energía. 

Y todos aquellos días en los que no se puede, pues no se puede. Y puedes hacerte un ovillo y esconderte del mundo. 

Puedes buscar un buen abrazo o simplemente soltarlo todo saliendo a correr. 

Cualquier cosa que decidas, si te hace sentir bien, será perfecta para ti. Y si sientes que la necesitas, búscala. 

Recordemos aquello que nos hace sentir bien y hagámoslo cuando más lo necesitemos. 

Ahora más que nunca es importante saber cuando no tomar decisiones y saber qué días vuelves a sentirte fuerte y puedes dar de nuevo todo lo mejor de ti. 

Recuerda quien eres en los momentos más complicados. 

Centrarte en ti y no en el mundo, te ayudará a ver con claridad cualquier tipo de situación.