2019/08/23

APRENDE A AULLAR..

...
Voy a contarte la historia sobre como aprendí a aullar.
¿Crees que controlas lo que piensas?
Yo lo pensé por mucho tiempo, hasta que me desconectaron de un sistema de cableado llamado control. Me abrí a la bendición y a la locura, porque por fin se vulneraban todas mis protecciones y proyecciones. Me fueron desprendiendo poco a poco de armaduras y creencias, de ídolos y deidades, de neuronas y células grasas, de posturas defensivas, de intelecto, para dejarme sola en el destierro del sentir.
Sentir lo abarca todo.
Sentir cura.
Sentir es la información faltante.
Potencia en estado de pureza.
Me amarraron las manos. Lo cuento en tercera persona porque yo no era dueña de nada. Me atravesaban energías ajenas, latidos, gemidos de placer, de llanto, de dolor, de aullido. Y así es como aprendí a tomarme en serio, buscando mis huesos, entre las miles de voces que me habitaban. Y me cité con la muerte y con la vida, para iluminar mi triángulo sagrado.
Hemos hecho una fiesta y te hemos invitado a sentir la dimensión más alta del amor. Se llama responsabilidad y solo bailaremos algunos cuantos, para dejar de fumarnos lo que no comprendemos, cantando un canto que no es el de nuestra esencia, arrogantes de creer que viajamos a universos paralelos cuando no cruzamos la banqueta por el de enfrente, cuando vendemos lo que no incorporamos en nuestra práctica, cuando no hay esfuerzo de congruencia.
Rezamos lo que no vivimos. No es Mercurio retrógrado. Es tu ego retrógrado, es tu cobardía retrógrada, que no te deja llegar a casa, a tu verdadero poder, a tu don, que se esconde tras el velo de tu soberbio pensar.
Así es como aprendí a aullar y estoy aprendiendo a rugir.
A seguirme escribiendo para entenderme, para llamarte, para encenderte, o para que me ignores si eso te suma más. Las matemáticas de la con-ciencia dicen que si no estás sumando, estás restándonos a todos. Ya puedes irte con tus geniales ideas, tus proyectos y tu intelectualización del amor, o la espiritualización del mismo, pero ninguno contiene la simple fórmula de tu experiencia humana, donde llegaste sin brújula ni mapa.
¿Quién eres y para qué estás aquí? Dos preguntas que debiéramos responder antes de ostentar cualquier título, de dar clases de cocina cuando no sabemos cocinar.
Los sabios piensan. Los valientes sienten.
Vamos a sentir....

No hay comentarios:

Publicar un comentario