Me pregunto en qué lugar de mi se alojan los complejos.
Esos que tengo desde los 16 años.
Esos de los que nunca nadie habla
porque la vida que se vende aquí es demasiado guay para soltar todo lo que te atormenta. Todo lo que quieres cambiar de ti misma.
Me pregunto donde se guardan todas las frases que me repito cuando mas vulnerable estoy.
De donde saco las fuerzas para machacarme a mi misma cuando me maltrato.
Me descuido.
Me ahogo y me reto continuamente
en una apuesta a vida o muerte.
Contra mi cuerpo. Contra mi mente.
Como me lo monto siempre para terminar viéndome fallos y errores,
mientras mi cabeza intenta todo el tiempo destruirme.
Luego tengo amigas que estan peor que yo
y entonces me doy una tregua conmigo misma.
Que importan los complejos,
las tallas, las curvas,
la báscula.
Me digo y me repito.
Igual algún día llego a creérmelo
y dejo de ser tan injusta conmigo misma.
pidiendo a gritos que terminen estas vacaciones, mis dias
se han esfumado como quien recorre deseoso el camino hacia la compra de un helado, y cuando empieza a saborearlo comienza a llover y se le desparrama todo por los dedos.
Esas estan siendo, mis vacaciones,
mi mente,
mis fantasmas,
mis complejos y mis esperanzas.
Las buenas se me han escapado de las manos,
las malas me han dejado sucia y pringosa
y voy a necesitar mucha calma,
curas de silencio y mucho amor propio
para poder deshacerme de ellas por completo. Por complejo.
No todo el mundo leerá esto
y mucha menos gente llegará a entenderlo.
Para quienes luchen cada día contra si mismas,
física y emocionalmente,
daros un poco de tregua.
En serio,
daros un poco de tregua.
Sino esto es insoportable.
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