2024/01/01

Las Mujeres maduras...


Las mujeres maduras

ya no comemos cuento de un caballero, 

por más atento que llegue,

por más recatado que sea 

al no pasar los límites del pudor,

por más atentos qué están...

A la mujer que desean "joder"


Ya no, ya se piden hechos reales y concretos

ya no se confían en fotos sacadas de la red,

y menos en la cantidad de perfiles falsos

acompañados de páginas 

Qué según ellos, "son para exaltar a la mujer"

y demostrar que todavía ...¡Ja!

Hay un hombre de verdad.


Por eso caen muchas,

en las garras del lobo

que vestido de oveja está.

Y todo esto lo hacen tan solo,

para conquistar a su próxima e indefensa presa,

a aquella mujer falta de amor propio,

carente de cariño,

de unos brazos que le den abrigo 

y de unos oídos que le pongan atención.


Llegan palpando los pasos,

calculando su estocada final

y así poderlas enamorar.


Créanme que la película de "Fragmentos"

Les queda de maravilla,

porque saben sacar sus 7 personalidades

en cada situación que te pase en la vida.

Y al final...

¿Quién está detrás de una pantalla?

¿Un hombre, una mujer, un qué?


Las mujeres maduras

aprenden a escuchar a otras 

que ya pasaron por lo mismo,

y no dejan que las llamen "locas"

Tan solo por mostrar "Su verdad"

porque cuando el río suena... Piedras lleva


Las mujeres maduras, 

ya no comemos cuento, 

ya nos fabricamos el cuento 

y en el somos la mala del guion

porque así lo queremos,

así lo deseamos

y ya no damos explicaciones

del por qué, hacemos lo qué hacemos.


Ser la princesa... Ya no nos interesa,

porque no ocupamos puestos, 

ya no esperamos ascender al trono,

Porque el putø trono

lo hemos fabricado a punta del dolor,

del desengaño y del sufrimiento,

Ese trono, ya no nos los quita,

Porque con el tiempo, 

aprendimos a amarnos,

a aceptarnos tal y como somos,

y por eso nos hemos coronado reinas 

de nuestro propio imperio,

porque somos 

unos benditos ¡¡PRIVILEGIOS!!


Ya no permitimos

ser la opción de alguien más.

O somos todo, o somos nada.

La paz ya no se negocia 

por un pedazo de carne 

y menos por migas de atención.


Las mujeres maduras

nos aprendimos a cocer las heridas rasgadas 

a repararnos con hilos de oro 

y amarnos, pero amarnos de verdad

de ese amor que no ciega,

más bien muestra la realidad

De ese amor que te impulsa a irte 

de donde no te saben valorar 

De ese amor que no mira atrás 

y si no el presente, trabajando

para lo que viene 

y atrayendo lo que realmente

se desea en el corazón


Las mujeres maduras,

somos Brujas, pero brujas de verdad.



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