Las mujeres maduras
ya no comemos cuento de un caballero,
por más atento que llegue,
por más recatado que sea
al no pasar los límites del pudor,
por más atentos qué están...
A la mujer que desean "joder"
Ya no, ya se piden hechos reales y concretos
ya no se confían en fotos sacadas de la red,
y menos en la cantidad de perfiles falsos
acompañados de páginas
Qué según ellos, "son para exaltar a la mujer"
y demostrar que todavía ...¡Ja!
Hay un hombre de verdad.
Por eso caen muchas,
en las garras del lobo
que vestido de oveja está.
Y todo esto lo hacen tan solo,
para conquistar a su próxima e indefensa presa,
a aquella mujer falta de amor propio,
carente de cariño,
de unos brazos que le den abrigo
y de unos oídos que le pongan atención.
Llegan palpando los pasos,
calculando su estocada final
y así poderlas enamorar.
Créanme que la película de "Fragmentos"
Les queda de maravilla,
porque saben sacar sus 7 personalidades
en cada situación que te pase en la vida.
Y al final...
¿Quién está detrás de una pantalla?
¿Un hombre, una mujer, un qué?
Las mujeres maduras
aprenden a escuchar a otras
que ya pasaron por lo mismo,
y no dejan que las llamen "locas"
Tan solo por mostrar "Su verdad"
porque cuando el río suena... Piedras lleva
Las mujeres maduras,
ya no comemos cuento,
ya nos fabricamos el cuento
y en el somos la mala del guion
porque así lo queremos,
así lo deseamos
y ya no damos explicaciones
del por qué, hacemos lo qué hacemos.
Ser la princesa... Ya no nos interesa,
porque no ocupamos puestos,
ya no esperamos ascender al trono,
Porque el putø trono
lo hemos fabricado a punta del dolor,
del desengaño y del sufrimiento,
Ese trono, ya no nos los quita,
Porque con el tiempo,
aprendimos a amarnos,
a aceptarnos tal y como somos,
y por eso nos hemos coronado reinas
de nuestro propio imperio,
porque somos
unos benditos ¡¡PRIVILEGIOS!!
Ya no permitimos
ser la opción de alguien más.
O somos todo, o somos nada.
La paz ya no se negocia
por un pedazo de carne
y menos por migas de atención.
Las mujeres maduras
nos aprendimos a cocer las heridas rasgadas
a repararnos con hilos de oro
y amarnos, pero amarnos de verdad
de ese amor que no ciega,
más bien muestra la realidad
De ese amor que te impulsa a irte
de donde no te saben valorar
De ese amor que no mira atrás
y si no el presente, trabajando
para lo que viene
y atrayendo lo que realmente
se desea en el corazón
Las mujeres maduras,
somos Brujas, pero brujas de verdad.
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