ADICTA.

 Desde qué él apareció en mi vida, tengo un gran dilema, uno muy fuerte, porque no sé a qué soy más adicta, a él o a mi café...Y es qué he dejado que haga conmigo lo que quiera: me es un deleite, un delirio, una completa locura, una tentación viva, un pecado que me encanta cometer una y otra vez y es qué él se bebe mi café cómo todo un maestro, sorbo a sorbo, dejándome indefensa, agotada, y tan extasiada que nadie lo había hecho así. Y ahora despierto con la mordida en el labio, la sonrisa tatuada en mi rostro y el deseo ferviente de más café. 

(Suspiros inagotables salen de mi alma)

Iré por mi café, mientras él despierta, necesito recargar energía, para qué él se beba cómo un loco desenfrenado, otra vez... Mi café.

Texto original

Del Libro 

Mi Perverso y Yo.