Tengo la mala costumbre, no sé si se le podría llamar costumbre, cualidad, o característica, no sabría que decir... de ser una cabezota. Una "cabeza dura niñaaa..."
Pero a veces, sólo a veces me permito desaparecer del mundo, me apetece esconderme. Posición fetal y me abrazo a mis demonios, para sujetar el dolor que me desborda y no puedo contener.
A veces necesito impregnarme, llenarme las manos de tierra, hundir mis dedos y ensuciarme las uñas, clavarlas en mis palmas y dejar que el dolor me recuerde que soy, de donde soy y de que estoy hecha.
Y entonces, solo entonces me sacudo y puedo ser ave Fénix y sé que a pesar del dolor y del fuego sigo viva, y que soy de la tierra fértil después de las cenizas, del sudor y del trabajo, de la sencillez las plantas, de las gotas del rocío en las mañanas y los cristales que helaban mis dedos en pleno invierno.
Si, eso soy. Soy yo, y soy parte de la tierra.
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