A lo mejor todo esto no trata de ser la pareja perfecta. De tener que estar juntos 24/7 ni de decir un “te quiero” cada vez que cuelgas el teléfono.
A lo mejor trata de estar. De hacer que la otra persona sienta tu presencia. De no fallar cuando se te necesita. De que tus palabras vayan acompañadas de hechos.
De no ser el maestro de los desplantes, ni de tener que pedir un beso o un abrazo. De sentirte deseada en las mismas proporciones que te desean.
De sinceridad, de hablar sin querer tener la razón o la última palabra. De saber escuchar. De ser lo que dices que eres y no lo que quieres aparentar.
A lo mejor es tan simple como saber cuál es tu sitio, poner límites, pero acortar las distancias. De sentir que haces bien, que quieres bonito y te quieren aún más bonito.
Posdata: Quien no arriesga, se queda con las ganas.
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