SOMOS UN PROGRAMA EN UN ORDENADOR
Datos e información, desde que nos van educando, adaptamos contenido que se almacena en nuestra mente. Mientras vamos creciendo, más nos llenan, a veces parece que somos un contenedor que no tiene fondo.
Desde que nos crían nuestros padres, adaptamos lo que es bueno y lo que es malo hacer (Segun su criterio). Luego vamos a la institución, donde se nos deposita como si de un ordenador se tratase y nos llenan de los programas que ellos conocen.
Así es nuestra fabricación a lo largo de nuestra vida, se nos ensambla como un producto en una industria, se nos provee de equipamientos, que son necesarios para que el consumidor final, este satisfecho con nosotros. Si uno se ensambla mal o se estropea a lo largo del proceso, inmediatamente será tomado y finalmente descartado, para terminar en un basurero.
De seguro muchos conocerán la frase «El que mucho abarca poco aprieta». Pues parece que si la regla fuese cierta, habría que pedir que dejen de instalarnos mas y mas programas, porque llegará un día en que la memoria se saturará y tendremos que vaciar ciertos conocimientos en la papelera de reciclaje. Los programas que se nos instalan, son para rendir el mejor servicio en esta sociedad, si adaptamos pocos, seremos considerados poco útiles, si se llena de virus, nos vaciaran y nos rellenaran de nuevo. No nos preguntamos que tanto nos desgastamos, no nos preguntamos si queremos dejar de ser programados, no claro que no, somos un fiel producto para el consumidor y como buen producto debemos ser bien programados y rellenados hasta el limite.
La sociedad, es una gran red interconectada y para funcionar en sintonía, debemos ser lo mas eficiente posibles, si somos libres o no de elegir nuestra propia programación, no es mas que una mera ilusión. Luego de que estemos lo suficientemente cargados, venderemos nuestra utilidad. Nuestro rendimiento tiene que ser el mejor: El más veloz, el más eficiente y el más moldeable para los requerimientos de nuestro patrón. La película Matrix estuvo en lo correcto, ya somos controlados, nuestro programa ya fue planificado desde antes que nacemos, solo acumulamos información y procedimientos, de vez en cuando se nos da tiempo libre, para no sobrecalentarnos. Nuestro tiempo para pensar es acotado, pues debemos procesar todo en el acto. No existe la libertad, es una falsa esperanza, somos los ordenadores de nuestros propios fabricantes. Una maquina no sueña, una maquina ejecuta, nuestro sueño es para seguir ejecutando los pedidos que nos ordenan.
La vida es graciosa, puede decirse que vinimos a ser felices, lamentablemente pienso que solo vinimos a ser servibles. Cuando andamos mal, no se nos pregunta porque, simplemente nos mandan a mantenimiento. Cuando queremos compartir nuestra información con alguien más, con el simple hecho de poder darle un gusto a nuestra existencia, debemos competir con otros ordenadores que buscan exactamente lo mismo, donde el mejor equipado, programado y formateado tendrá más posibilidades, como todo en esta red de locos, como todo en este proceso de pura velocidad y rendimiento, como todo lo que simplemente es más servicial, por eso mismo, somos como programas en un ordenador, solo cumple la función por la cual fuimos requeridos, si no funcionamos como el programador espera, seremos reemplazado por otros. Una interminable agonía de algoritmos bien ejecutados. Nacimos para tener el mejor hardware corporal que pueda sostener el mejor software mental. La existencia de la humanidad se fue despojando sola de su armonía y tranquilidad, solo para darnos cuenta, que somos un pequeño numero en una ecuación gigante, donde la inteligencia artificial se nutre de nosotros al crear está gran industria de archivos de ordenador y tal vez, solo tal vez, seamos mucho mas que eso, el problema es que para esta inmensa red, no es útil darnos cuenta de eso.
No somos personas, al menos no lo parecemos ahora. Como bien dijo el etnólogo Richard Dawkins «Somos maquinas de supervivencia, autómatas programados a ciegas con el fin de perpetuar la existencia de los egoístas genes que albergamos en nuestras células».
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