2025/05/27

El aforismo.

 El aforismo *"Cuando juzgas, solo hablas de ti"* encierra una profunda verdad psicológica y ética. Cada juicio que emitimos sobre los demás funciona como un espejo que revela más sobre nuestras propias limitaciones, prejuicios y valores que sobre la realidad del otro. Esta idea encuentra eco en pensadores como Carl Jung, quien afirmaba que "lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".  


El acto de juzgar surge con frecuencia de una proyección inconsciente: atribuimos a los demás aquello que no hemos reconciliado en nosotros mismos. Por ejemplo, quien critica con dureza la "falta de disciplina" de otro puede estar reflejando su propia lucha interna contra la procrastinación. Así, el juicio se convierte en un mecanismo de defensa, una forma de distanciarnos de aspectos que nos resultan incómodos.  


Desde una perspectiva ética, este planteamiento invita a practicar la humildad epistemológica: reconocer que nunca tenemos acceso completo a la historia, motivaciones o circunstancias ajenas. Como sugería Sócrates, la verdadera sabiduría comienza al admitir nuestra ignorancia. En lugar de juzgar, la filosofía propone observar, preguntar y, sobre todo, escuchar. ¿Qué pasaría si convirtiéramos cada juicio en una oportunidad para autoexaminarnos?  


Dato curioso:


El psicólogo social Jonathan Haidt descubrió en sus investigaciones que el 90% de las personas cree ser más objetiva y menos prejuiciosa que el promedio. Este "sesgo de punto ciego" explica por qué nos cuesta reconocer nuestros propios juicios como subjetivos. ¡Incluso nuestro cerebro nos engaña para creer que somos más justos de lo que realmente somos!

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