Hasta el último vagón..

Justo cuando creía tener las cosas claras, me doy cuenta de que la vida no cambia, los que cambiamos con los años somos nosotros.

Supongo que tiene que ver con la suma de ilusiones, desengaños, melancolía, felicidad, amores y desamores “todo eso nos terminan descolocando”. Termina por poner a prueba nuestro carácter, nuestro temple y al final nos toca improvisar, madurar y vivir la vida desde otra perspectiva.

Es cuando nosotros comenzamos a restar equipajes, mochilas, maletas innecesarias, cargas emocionales y personas que restan y volver a lo que realmente importa… ¡Que ni son las vueltas que la vida nos da! ¡Ni se trata de llegar el primero!

Y es entonces cuando logras entender aquello que decía la abuela: ¡Hasta el último vagón termina por llegar a la estación de tren! Así de simple es la historia.