Aquel sanatorio
se hizo conocido
por tener aquella paciente tan particular,
una pequeña niña
a la que se podía ver jugar
en el jardín vestida
por completo de rojo,
ya que se negó a llevar otro color llegando al punto de con su propia sangre cambiar el blanco
que debía llevar por obligación.
Cualquiera que fuera de visita
a aquel lugar
y hablara con ella
podía decir que aquel rostro
reflejaba ternura e inocencia,
nadie podía creer que aquella niña
de apariencia angelical
fuera la misma que cometió
aquellos brutales asesinatos.
Y si, les estoy hablando
de la conocida Caperucita
y de lo que pasó de verdad,
la historia de una niña
que se negaba a aceptar
que el famoso lobo feroz
de la historia que
a todos contó
tan sólo era una parte muy oscura que vivía dentro de ella....
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