Hoy es una de esas noches en las que se encuentra tumbada
en su cama
sumida en la oscuridad
y no precisamente
en la de su habitación.
Una de esas noches
en las que se deja llevar ante el instinto masoquista de autodestruirse a base
de entrar en un bucle de canciones llenas de recuerdos que no dejan que cicatrice
la más profunda
de sus heridas.
Una de esas noches
en las que se permite
explotar, derrumbarse,
romperse y tocar fondo
sin que el resto del mundo se entere,
sin que sepa lo que de verdad siente.
Una de esas noches que dan paso a una
de esas mañanas
en las que nadie
se puede imaginar
que ella está
un poco más rota
de lo que estaba ayer
pero menos de lo
que estará tras la próxima noche
que deje salir
lo que tanto le duele...
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