Nos enamoramos de las personas como te enamoras de un teléfono, ¡hasta que llega el siguiente modelo! Con esa misma intensidad de descubrir sus nuevas prestaciones y luego empezamos a pasar de él, porque ya no es lo que queríamos y así pasamos al siguiente.
Para algunos la metáfora seria “eres mi mundo” y al mes tiene otro mundo nuevo… ¡Son exploradores de galaxias!
No dejamos tiempo para el misterio, para el romanticismo, para conocer y querer cada defecto, igual que las virtudes.
Siempre queremos algo más nuevo y mejor, algo más deseable, algo que nos vuelva a ilusionar… Olvidando, que incluso en la rutina se puede buscar la ilusión, la emoción y sobre todo el valor de lo auténtico.
Olvidamos que el sexo solo es una parte del amor. Que el romanticismo trata de crear vínculo personal, afectivo y no solamente ser la nueva carnaza para un par de polvos.
¡Y es que amigos…! El amor es puro sentimiento y el sexo es deseo o necesidad y si no logras entender esta diferencia, deberías revisar tus valores.
Porque aunque no lo creáis, no solo somos una serie más en una plataforma de televisión para una o un par de temporadas… Algunos amores duran una vida entera y otros trascienden épocas y son épicas.
No seas sencillo o sencilla a la hora de querer o de enamorarte, no busques solo un físico p lo bonito, no seas el mundo de alguien… Aspiremos a ser un amor de los que duran “para toda la vida”
No hay comentarios:
Publicar un comentario