A mí no me enseñaron a querer, y sin embargo nunca he querido hacerle daño a nadie, en el camino encontré amores agónicos, otros llenos de veneno, pero sabía que no era lo que quería en mi vida, no podía abrirme ante amores dañinos, por ello siempre me alejaba, así que tomé la decisión de que la soltería se alargaría por muchos años, en ese tiempo invertí en mí misma, en perdonarme y sanar de todos los errores de mi pasado, de aquel nido de animales del que salí un día, y en ese momento me di cuenta que no me interesaba buscar a nadie, que el día que alguien me encuentre será porque puede llegar a hacerme sentir un amor recíproco, una conexión que se siente entre nuestros cuerpos y el repiqueteo de mi corazón, no hacernos daño, y disfrutarnos cada instante sin dudas, a mí no me enseñaron a querer, pero yo aprendí a saber la forma en que quería amar y ser amada, por eso no acepto menos.
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