No te confundas, yo no escribo para provocar compasión, ni que nadie venga a querer sanar mis heridas.
Escribo para desahogar el alma, para sacar convertido en poesía lo que no puedo por medio del habla.
No te confundas, no pretendo llamar la atención de nadie, ni dramatizar, tampoco que alguien se ofrezca a sanar mis heridas, esas las sano yo misma.
Soy suficiente mujer para sacar el dolor y después ponerme de pie por mi misma.
Suficiente fuerte para sacar de mi vida lo que me daña, aunque con esa decisión sienta que me arranco el alma.
Y si ya lo hice una vez, ya no me tiento el corazón, se aprende del dolor, te hace inmune.
Ya no cualquiera entra en mi vida, ya no cualquiera provoca heridas, ya no cualquiera mi amor se gana.
Otros pueden fácilmente sustituir a una persona con otra, pero eso para mí lejos de ser un consuelo, sería una triste derrota.
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