2022/02/27

La verdad duele..

 Pensamos que decir lo que sentimos nos hace vulnerables, débiles, frágiles…

Pero ¿Qué te has creído que es el valor?

Ser honesto es un regalo valioso que solo ofrecen unos pocos, no lo esperes de personas con máscaras, detrás de cada persona están nuestros personajes, disfraces que aparentemente nos protegen de una imagen que un día quisimos ofrecer…

Somos muy cobardes para exponer lo que sentimos y muy valientes para desenmascarar al que tenemos al lado, queremos ser vistos pero no ser endebles, porque nos asusta quitarnos el antifaz y salir con el alma entre las piernas, llena de nada y vacía del todo…

Sin darnos cuenta que mantener el recipiente hasta el borde solo significa no poder volver a llenarlo nunca más..

En ocasiones alimentamos esperanzas callejeras aun cuando ello deriva a un estado insalubre y dañino para nuestra salud mental, nos decimos que el hambre es lo último que se pierde y ahí está el error ¿qué problema hay en naufragar?

Para que haya un primero debe haber un último, hasta donde yo sé no hay paraíso sin isla desierta, no hay tesoro sin búsqueda...

No se me ocurre mejor manera de decir adiós que con un «GRACIAS», 

no se me ocurre mejor manera de pasar página y acabar un capítulo que reconociendo su aportación, te guste o no el desenlace, porque la vida no suele darnos lo que queremos pero si lo que necesitamos, y para eso hay que dejar de aferrarse a botes salvavidas y saltar hasta la orilla….

Puede que lo tachen de osadía, o atrevida, pero ¿quién quiere remar con dos trozos de mentiras?...

Sal de donde quiera que debas salir, con un «perdón pero No y un gracias pero Si» pues perdonar no es olvidar, ni tampoco excusar, perdonar es una reconciliación con los daños, es soplar la herida y hacerla soportable, llevadera…

El rencor es el ancla que no deja izar las velas, perdonar viene del latín «per donare» para seguir dando, para seguir navegando

La verdad duele pero también cura, sana y salva.



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