Y a ti te contaron el cuento entero?

 No nos contaron el cuento entero porque empezaron por el final...

Y un día sin que nadie te cuente aprendes que vivir es un instante, que los inviernos se superan y que los verano pueden congelar si se tiene el alma triste, que siete días duran veinticuatro horas en una montaña rusa. 

Descubres que huir no siempre es cobardía y que animarse a todo no es sinónimo de valentía. 

Que gritar ayuda y que callar asfixia.  

Te cuentan del amor, pero no cuentan que amar es una carrera y que no gana quien llega primero sino quien después de haberlo dado todo sobrevive entero o en partes.  

Que negarse a discutir no significa falta  de argumento o desinterés, sino prudencia.... 

Nos cuentan que si le importas a alguien te busca pero también (en ocasiones) se aleja para no agrandar la herida. 

Y te das cuenta de que la luna no se baja, que las personas son fugaces. 

Nos contaron que los extremos no son ideales, pero vivir profundamente es esencial.  

Y sientes como para morir  no es necesario dejar de respirar, que se puede morir con una ausencia, con la indiferencia o junto a alguien.  

Descubres que las palabras pueden sanar, los besos lastimar y las miradas transformar, que decir adios no siempre es marcharse y que un “para siempre” puede durar un segundo.   

Que amor no es posesión. 

La felicidad dura un instante que debemos de hacer durar por mucho tiempo.  

Que el cielo y el infierno coexisten y que no está mal habitar un poco en cada uno, que nadie puede juzgarnos por ello.  

Que no se olvida aquello que nos marcó, que los años están llenos de memoria.  

Y que por ello eres así ahora.. libre, armoniosa, intensa y luchadora.  

Y a ti... 

¿Te contaron el cuento entero?