2024/06/02

Mi querida ansiedad.

 Querida “sombra" mía, nunca imaginé que seríamos tan cercanas, pero un día apareciste en mi vida y todo se desordenó o quizá ya lo estaba y me lo hiciste ver, lo cierto es que te definiría como esa tinta que no consigue ser ni letra ni dibujo ni nada, un simple rayón en la única hoja que tengo. 


Pequeña bola enredada, estás empecinada en ser mi compañera, en tomar el control de muchas cosas o en quererme solo para ti. Ya lo sé, mucho tiempo estuvimos solas sin callejones de salida y tal vez te hice creer y me hiciste creer que éramos nuestra única opción. Pero nunca ha sido así. 


Por tanto tiempo renegué de ti, te oculté en mi hueco más profundo, a tu presencia le puse el nombre de mil excusas solo para no aceptar que estabas, pero en el fondo siempre te veía, en las noches me pesabas como mil abrazos no dados y en mi garganta fuiste ese nudo que no bajaba, te has llevado mi autocontrol en más de una ocasión. Ni hablar de las veces que abriste la llave y me inundé hasta quedarme dormida. Era inútil fingir que no estabas, yo permití que no te fueras.


Te pido perdón por ocultarte, quisiera decorarte con mil colores, quisiera escribirte lo que nadie te ha escrito, quisiera llevarte de la mano a todas las puertas blancas donde un rayo de sol nos espere. Lo intento a diario pero a veces pesas más que mi propia voluntad. 


Hoy quiero que sepas que el tiempo que estemos juntas no será en la oscuridad, que trabajaré y trataré lo que haya que tratar para que sanemos lo que tengamos que sanar. Prometo abrazarte hasta que te llenes de luz, de calma, de alegría. Prometo sentarme pacientemente a desenredar que cada nudo que hayamos hecho frente a la crisis. 


Por ahora yo soy la casa y tú quien la habita. 

Por ahora y para comenzar, comprendo que nombrarte es el principio. Pequeña bola de caos, te llamaré “ansiedad".


Más allá del olvido.



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