Mi alma es un cuarto vacío, con paredes de silencio y un suelo de tranquilidad. Allí es donde me siento cómoda, lejos del ruido y la multitud. Me gustan las cosas sencillas, como escuchar música que me hable directo al corazón, sin necesidad de palabras. O estar sola, rodeada de mi propia compañía, sin la necesidad de nadie más. O, mejor aún, estar con alguien que me abrace con fuerza, que me haga sentir que estoy en el lugar correcto.
Cuando estoy así, siento que mi piel se vuelve más suave, como si las arrugas de la vida se borraran lentamente. Mi respiración se vuelve más lenta, más profunda, y mi corazón late con una paz que no conozco en otros lugares. Es como si mi alma se despojara de todas las capas que me han ido agregando con el tiempo, y volviera a ser la niña que un día fui, llena de curiosidad y asombro.
No necesito joyas brillantes ni ropas lujosas. No necesito que me miren ni que me admiren. Lo que necesito es que me toquen, que me hablen en voz baja, que me muestren que estoy viva. Y que me permitan ser yo misma, sin pretensiones ni máscaras. Eso es lo que me hace sentir rica, lo que me hace sentir que estoy en casa.
Ese es mi lujo, mi forma de vivir la vida, sin aspavientos ni estridencias. Solo con la tranquilidad de saber que estoy donde debo estar, con quien debo estar. Y que, en ese momento, todo es perfecto.
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°❀•°:🎀 MAMA TE ECHO DE MENOS 🎀:°•❀°
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