La idea de criar hijos no es para que tengan que acompañarte cuando tú estés más anciano o anciana.
Ni cuidarte.
Ni mantenerte.
Ni estar al pendiente de ti todos los días.
La idea es que asumas la responsabilidad de criar humanos funcionales. Hijos o personas realizadas, sanas, prósperas, comprometidas y responsables con la naturaleza y con la sociedad.
Que sean libres y sin complejos.
Que aporten a la sociedad y sobre todo a su persona.
Que sean su mejor versión, día a día.
Y eso implica saber que no te pertenecen. Los hijos no son tuyos, son prestados.
Pero si, que te quede muy claro que tú como padre o madre, eres la vía para que vinieran al mundo, y que NO eres su mundo. Y que eres responsable de crear un mejor mundo y enseñar a tus hijos a crear un mejor mundo.
Y desde esa convicción se cría lindo.
Se construyen alas.
Y se programa el vuelo.
Se les deja en libertad sin culpas y sin quejas, cuando abran sus alas e inicien su vuelo.
Para que tengan la confianza y seguridad de volver cuando necesiten recargar el cariño.
Y NO porque te deben algo.
Simplemente porque educaste en amor, en libertad, en paz, y no educaste en miedo, no en esclavitud, no en intranquilidad.
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