Un día nos pasó qué perdimos a alguien que amábamos, lo vimos salir pero jamás regresar, sentimos un dolor mísero cuando nos dijeron que se había ido, nos gritamos el porqué no nos llevó, no hubieron despedidas, ni siquiera supieron que sería el último día de sus vidas, porque la muerte los agarró en una carretera, nos quedó la vida suspendida pero siguiendo su curso tan rápido, algo dentro de nosotros se perdió, nada nunca volvió a ser igual, muchas veces solo quisieras que volviera por esa puerta, que te mirara una vez más, tomarte fotos y compartir todo lo que te sucede con esa persona, pero la realidad es que no volverá, entonces solo miras al cielo y te abrazas, no le dices a nadie lo que sientes, porque todos suelen decir que debes dejarlo descansar, la frase de cajón que no es ningún consuelo, suspiras y sigues, sabiendo que hubieras querido tenerlo unos años más en la vida de todos, pero no pasará, porque jamás volverás a verlo más que en recuerdos, en tus sueños, ahí donde no quieres despertar.
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