2024/09/25

Ni una más joder💜

 —Ayer me follé a Lucía.


—¿Qué dices, tío?


—¡Sí! Jajajaja. Estaba con un ciego que flipas, tío, pero que flipas. Se caía pa tos laos y decía tol rato que quería ir pa casa, así que me dije, esta es la mía, y la llevé pa la mía.


—Joer, qué crack, ¡qué puta suerte! Folla bien o ¿qué?


—Bueno, estaba muy ciega. Hoy por la mañana no se acordaba de nada, pero me la follé tres veces, y me corrí dentro y todo.. Podía hacer con ella lo que quería, jajajaja.


—Y, ¿no follásteis hoy?


—¡Qué va tío! Lucía no folla conmigo serena ni de coña, ¡con lo buena que está! Esta mañana se piró corriendo en cuanto se despertó y vio dónde estaba, se moría de vergüenza.


—Y, ¿cómo tiene las tetas? Cuenta.


—Calla, que le hice fotos porque tenía tal ciego que no se enteraba de nada, jajajaja, ahora te las mando.


—¡¡¡No jodas tío!!!! Manda, manda! Jajajaja, ¡qué bueno!


La mayoría de las violaciones no son cometidas por un tío con pasamontañas esperándote detrás de un seto. La mayoría de las violaciones son cometidas por alguien conocido.


Y, en el diálogo que acabo de escribir, nos encontramos con tres protagonistas. Un violador, una mujer violada, y un cómplice.


Y lo más heavy de todo, es que, seguramente, ninguno de los tres piense que lo que ha pasado se llama VIOLACIÓN, sino que ha sido algo dentro de la fiesta. Cosas del colocón. La noche, que confunde.


Y aún más heavy es que muchas de las personas que lean esto pensarán lo mismo, o que la culpa es de Lucía por no "saber cuidarse" o haber bebido tanto.

Esto pasa a diario si no lo evitamos.

Soy enfermera de urgencias del Policlinico Universitario A. Gemelli – Roma, Italia.

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