La vida es esa gran libreta donde cada uno va escribiendo su dictado, a veces simplemente copias patrones, plasmas lo que otros vivieron, escribes sobre mojado, amplias con tus borrones y tachas con tus perdones...
Cada cual decide si destaca su historia con el bolígrafo rojo, ese maldito juez al que tú le das poder para rodear todos tus fallos, faltas de cariño, faltas de autoestima, faltas de valor, saturando la hoja, intentado retener para no volver a cometer...
Sin embargo, el mundo está deseando que saquemos la tinta verde, que rodeemos y le demos visión a las personas que si aprendieron de sus errores, a los que merecen la pena, a los que decidieron cambiar el final a su antojo, a los que se cansaron de corregir en rojo...
Necesitamos testimonios que impulsen, que sumen, personas que hablen desde el lado luminoso, donde el sol a vuelto a relumbrar, que sean ejemplos de vida, que nos ayuden a brillar....
Que saquen de sus mochilas las piedras del camino, que se adentren en el mar, que icen la vela y nos enseñen que en el mundo existen otros puertos, otros faros, que a pesar de haber naufragado, han salido a flote reforzados, mejorados...
El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el que coge las riendas simplemente ajusta las velas...
Ya está bien de darle volumen a la crueldad, que las personas buenas empiecen a chillar, que levanten la mano, que no se escondan, que ningún mar en calma hizo experto a un marinero, enhorabuena si tus principios cambiaron tu final, porque no somos lo que nos pasa, SOMOS LO QUE HACEMOS CON LO QUE NOS PASA...
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