Soy, eres y somos lo que ahora mismo pensamos, sentimos y actuamos, reconociendo el pasado trascendido, que en su momento sirvió para ser y estar en el presente, y que puede ser un conjunto de lecciones para la unidad, si así se requiere.
Hoy somos lo que concientizamos ser, no lo que creen, piensan o sienten los demás.
No somos la imagen mental de quienes nos han acompañado o dejado de ver y tampoco somos la palabra dada en circunstancias del ayer.
No somos el resultado de fórmulas matemáticas o motivacionales pasadas ni las expectativas o desaires de personas e instituciones que han forjado convencionalismos sociales y familiares.
Somos lo que sensibilizamos ahora mismo... Lo que damos y recibimos.
Somos el instante en que actuamos con amor, paz, felicidad y compartimiento.
Somos este momento, el momento exacto en que dejamos los apegos, resentimientos, sufrimientos que no nos pertenecen y toda clase de egoísmos.
Somos la risa, el abrazo, la palabra, el susurro, la ayuda concreta, el guiño y el acompañamiento tranquilo que otorgamos sin esperar nada a cambio.
Amémonos, amemos y dejemos que el amor llegue, se quede y aumente en nosotros.
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