Y de pronto, lo ves todo claro como si fuera una melodía, te das cuenta de que unos van, otros vienen, otros deciden quedarse y muchos simplemente… nunca estuvieron.
Y ves que no es necesario dar tantas oportunidades a quien decide no estar a nuestro lado, porque no existe ninguna necesidad de ello.
No existe necesidad de empeñarnos en ser humillados, en aguantar plantones y feos de aquellos que deciden ignorarnos.
Porque aunque suene a la cantinera de siempre ¡Quien quiere estar a mi lado siempre tendrá espacio!
Porque por muy grande que sea nuestro amor, por muy incondicional que queramos, nuestra paciencia también tiene un límite. Y cuando se termina nuestro aguante, guardamos nuestras dudas, nuestros temores y nuestros miedos, en una sonrisa y en un ¡Todo está bien!
Cuidate y hasta luego..
Y con el tiempo aprendemos a enamorarnos de lo que si esta, de lo que realmente tiene valor, de lo que se queda, de lo que no se olvida, de lo que realmente vale la pena…
Posdata: algunas veces dejas de lado ciertas personas y entonces te das cuenta, de cuanto mejora tu vida.
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