Me gusta ser la mala del cuento, a la qué, al final de la historia le dicen "loca" o "bruja" ambos adjetivos me vienen bien;
Enloquecer y embrujar son dos verbos que combinan perfecto con mi ser atrevido y oscuro.
Yo no sé de poses y mojigaterias, suelo ser cruda y directa, nací para ser real no para fingir y ser aceptada;
Me amo loca y bruja y sí, siempre seré, dignamente "la mala del cuento" si lo cuenta un pocos huevos.
Renuncio al acto esclavizante de encajar y querer ser escuchada por sordos de mente y corazón, me rescato de mis ignorantes pensamientos, deambulare con prudencia en la profunda nada, seré el acorde entristecido que resuella en la arboleda desolada.
Me libero de mi estéril ternura y mis anhelos malogrados, me entrego a la duda, al terror incesante de una vida improvisada, me aventuro a la tierra de los cobardes, atiborrense hasta la última lágrima de mi sombra.
"Nunca seremos un buen recuerdo en la boca de un cobarde"
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