Nunca supe calcular lo que di y no di, si fue mucho o fue poco, si debía o no debía, solo sé que siempre que lo he sentido, lo he dejado salir.
He salpicado mi mundo con mi forma de ser, le he creado paisajes y le he destruido otros tantos.
Seguramente fallé, ¿quién no lo ha hecho?
Fallé ...
También morí, si es cierto, en todos los sentidos y supe pintar de negro lo que tenía que ser blanco...
A veces me pagaron bien, a veces me pagaron mal, pero a todas las personas que pasaron por mi vida, las quise y las ayude según mis posibilidades, eso si a nadie le he hecho daño, al menos en mi forma de ver.
𝗬 𝗮𝗹 𝗳𝗶𝗻𝗮𝗹, 𝗰𝗿𝗲𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗶𝘁𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗮𝗺𝗮𝗱𝗼𝘀.
Nos pasamos la vida tratando de parecer más guapas, más inteligentes. Pero me di cuenta de dos cosas.
Aquellos que nos aman nos ven con su corazón y nos atribuyen cualidades más allá de las que realmente tenemos.
Y aquellos que no quieren amarnos nunca estarán satisfechos con todos nuestros esfuerzos.
Sí, realmente creo que es importante dejar en paz nuestras imperfecciones. Son preciosas para entender a los que nos ven con el corazón”.
A todas las personas que he queridos las tomé entre mis dedos y las incrusté en mi pecho, algunas se desprendieron, otras me dejaron y otras se quedaron conmigo para siempre.
Y no las culpo, no he sido perfecta, he sido humana, adicta a los ensayos, propensa a improvisar. Perdí, me perdieron, perdoné y me perdonaron. Toda mi vida ha sido un viceversa.
No sé si estoy en deuda o me deben, soy mala para las cuentas.
Solo se que todo lo que soy, doy, hago...es de corazón y aunque me equivoque mucho, no tengo otro modo. Así soy.
Gracias por estar a mi lado!!
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