Una vez leí...
Hay un tipo de tristeza que viene de saber demasiado, de ver el mundo como realmente es.
Es la tristeza de entender que la vida no es una gran aventura, sino una serie de pequeños, insignificantes momentos, que el amor no es un cuento de hadas, sino una emoción frágil y fugaz, que la felicidad no es un estado permanente, sino una rara y fugaz vista de algo que nunca podremos sostener en.
Y en ese entendimiento, hay una profunda soledad, una sensación de estar aislado del mundo, de otras personas, de uno mismo.
Y yo te digo...
Que la sed no te haga beber de la copa equivocada. Que la soledad no te haga caer en abrazos que no son refugio. Querer amar y que te amen es precioso, pero no a cualquier precio ni con cualquier persona.
No te conformes con migajas de nadie; porque se te olvida que lo mereces todo. Te pasa a menudo. Que nadie te haga creer lo contrario. Caminar bajo la luna y en paz, mientras llega lo que tenga que llegar… también es amor, a tí.
Y no desesperes pensando que no hay nada especial para ti, porque en el momento menos pensado, lo tendrás presente.
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