Entendí que hay puntos finales que son el inicio de muchas historias. Acepté que en este viaje habría personas que solo se quedarían un rato. Aprendí a dejar marchar a quien no se quería quedar. Comprendí que hay carreteras para todos y que el mundo tiene que girar. Entendí que no todas las personas harían por mí lo que yo puedo llegar a hacer por ellas y que algunas podrían llegar a hacerme a mí lo que jamás hubiera hecho yo. Acepté que para continuar no se puede mirar atrás. Aprendí a colocar dos puntos más al final y hacer que mi historia no se detenga.
Comprendí que la vida sigue... y yo con ella..
Lo que ves es lo que soy.
Sin comas pero también sin peros.
Unos días rabio de felicidad
y otros me cuesta hasta el simple hecho de sonreír.
No me considero una persona perfecta, al contrario,
mis defectos están a flor de piel, pero soy real.
Tan real,
que no le pongo frenos a mis primeros impulsos,
lo que tenga que ser será,
pero al menos será porque he sido yo...
Así deberíamos ser siempre, impulsivos y reales. Sin afectaciones ni artificios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario