¿Por qué debo dar, lo que nunca se me ha dado? Me piden ceder ante las exigencias, maltrate mi corazón y enmascare mis emociones para ajustarme a sus requerimientos.
Me piden profundidad cuando solo han sabido darme brevedad, cuestionan mis juicios; mi camino trazado, mis palabras descuidadas, tachan de odiosa mi ternura, de siniestro este corazón que no miente.
Me piden jardines para sus desiertos, escalar sus muros sin protección, ser la amante incondicional de sus egos; sin siquiera haber hurgado en mis sensibilidades, sin tentarme el alma con su cariño, sin dejar que sus miradas vulgares me vean con sincero arrepentimiento,
No me pidan los comprenda, que me ponga en su pellejo, cuando lo único que han hecho por mi es marginar mi dolor y mi tristeza.
¿Y qué, si yo no quiero ser la mujer perfecta?...
Si no me interesa agradar a los demás, si no lucho por ser la número uno en todo, y me conformo con un tres o cuatro.
¿Y qué, si mi cabello no es perfecto?
Si no tengo el peso ideal, o las mejores medidas .
Si no soy el estereotipo que todos buscan, o si hago dramas, y no puedo quedarme callada cuando algo no me parece. Estoy harta de oír a mis espaldas susurrar mi forma de ser o de vestir mi forma de hablar sin temor a nadie.
Simplemente es lo que soy, no busco quedar bien con nadie, me amo tal cual y me siento feliz y orgullosa de todo este conjunto de defectos, que para algunos otros pueden ser virtudes, y que para mí, es ser auténtica.
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